El 31 de enero, y como todos los años, la Familia Salesiana celebra la fiesta de Don Bosco en todo el mundo. La Comunidad Talquina conmemoró al santo fundador de los salesianos, con la Eucaristía desde el Santuario María Auxiliadora, en formato online, por encontrarse Talca en cuarentena. La misa comenzó con varios testimonios de jóvenes y adultos sobre la significancia de Don Bosco en sus vidas, quienes destacaron su legado como padre, guía, pastor, maestro y salvador de muchos jóvenes. La misa fue presidida por padre Pedro Pablo Cuello, y concelebrada por padre Belarmino Sánchez y padre Juan Pablo Lyon.
La celebración fue encomendada a la esperanza de Dios, dando inicio a un año 2021 todavía con las consecuencias de la pandemia Covid-19. La crisis sanitaria que partió en el año 2020 ha golpeado toda la humanidad, provocando grandes pérdidas y desesperanzas. Por eso la invitación eucarística de este día, fue confiar en Dios, moverse en la esperanza que Él nos trae, especialmente en estos tiempos difíciles.
El Padre Pedro Pablo Cuello, director de la Presencia Salesiana en Talca, dijo que mirar a Don Bosco nos lleva a contemplar a un hombre santo, “un hombre que supo superar las dificultades de su tiempo, que supo enfrentarse a los desafíos de la sociedad de su tiempo, y como hombre y como santo, y con la ayuda del Espíritu Santo fue llevando el gran proyecto de Dios frente a los jóvenes, una obra que quiso germinar entre los jóvenes”.
En este contexto, padre Pedro expresó que en la actualidad estamos viviendo tiempos difíciles, igual como Don Bosco los tuvo en su tiempo. “Don Bosco supo responder a esas inquietudes. Nosotros hoy, como Familia Salesiana no nos podemos quedar tranquilos frente a lo que se vive, y lo que viven y sufren muchos hermanos, especialmente los jóvenes. Uno solo no se salva, sino que nos salvamos en comunidad, nos dice el Rector Mayor, por eso hoy tenemos la gran oportunidad de ser salvadores de los jóvenes, aquellos jóvenes que están perdiendo la esperanza, que no ven un futuro claro; nosotros somos los educadores de la esperanza, formando el camino de la esperanza que se hace a través de la oración, donde escuchamos la voz de Dios y donde vamos discerniendo lo que el Señor nos pide como Familia, como persona, y como Comunidad Salesiana”, afirmó padre Pedro.
La Eucaristía continuó con los momentos litúrgicos normales, invocando la protección de Dios y María Auxiliadora en estos tiempos de dificultades. Se hizo oración por la Iglesia, el Papa, los obispos y sacerdotes y, especialmente, por todo el pueblo de Dios para que el Señor siga acompañando y dando fuerza a todas las familias.
Al finalizar se rezó la oración de fidelidad al carisma que el Espíritu Santo encargó a Don Bosco. Luego se impartió la bendición final.