El 16 de agosto, la Familia Salesiana de Talca celebró los 208 años del nacimiento de don Bosco, conmemorando también los 135 años de la presencia salesiana en Talca. La Eucaristía de fidelidad se celebró en el Templo de la Parroquia Santa Ana, y fue presidida ´por el padre Darío Navarro, director de la Presencia Salesiana en Talca, y concelebrada por los sacerdotes de la Comunidad de Salesianos: P. Juan Pablo Lyon y P. Belarmino Sánchez.
La figura de don Bosco presidió esta celebración, pues el carisma salesiano, que Dios suscitó en él, ha hecho tanto bien a muchos jóvenes del mundo y de la ciudad de Talca. Acompañaron a don Bosco las imágenes de María Mazzarello, Mamá Margarita, Ceferino Namuncura, Domingo Savio, Laura Vicuña, y una imagen de la familia, comenzando así la eucaristía de fidelidad.
En la homilía el padre Darío subrayó las características que hacen que el carisma salesiano siga dando frutos en medio de la comunidad, y que en este día se notara con más fuerza al evidenciar la gran convocatoria que tuvo la misa. “Una espiritualidad que nos invita a estar con los jóvenes, la juventud física, pero también la juventud de espíritu, esa juventud que no muere en el corazón salesiano, aunque avancemos en edad; una espiritualidad que nos invita a ser familia, a ser iglesia, y dentro de la Iglesia somos familia que queremos encontrarnos con Cristo joven, Cristo alegre, Cristo resucitado”, afirmó el sacerdote.
El padre Darío recordó que estamos celebrando 135 años como comunidad talquina, y se ha querido poner en el centro la figura de Cristo Salvador, porque es Jesús que nos convoca. “Él es el que nos une hoy día, porque Jesús es el centro de todo; yo los invito a que vivamos esta celebración con agradecimiento y con la alegría de mostrar a Cristo joven en el mundo de hoy, necesitamos de Jesús, no tengamos miedo; anunciémoslo, demos testimonio de Él. Somos muchos aquí, que podemos dar testimonio de Cristo al estilo salesiano”, concluyó.
Como todas las misas salesianas hubo signos que representaron el agradecimiento, el esfuerzo y la entrega, pero sobre todo el espíritu de acogida que se vive en cada obra. Las intenciones fueron elevadas con el ofrecimiento de una flor, por representantes de la Familia Salesiana. Se ofreció la vocación al sacerdocio y a la vida religiosa, la misión laical, la vida de los niños y jóvenes y las familias.
En la acción de gracias, todos los presentes renovaron su compromiso de fidelidad ante el Señor Jesús y don Bosco. Después fue impartida la bendición. Se hizo una fotografía con todos los asistentes y se invitó al tradicional brindis de la fraternidad y a cantarle el cumpleaños a don Bosco, compartiendo un pedazo de torta. (Para ver galería de fotos, pinchar en la imagen que sigue).