La Comunidad Educativa Salesiana se congregó en la celebración de la eucaristía, el 14 de noviembre en el gimnasio del CEST Sede Sur, para despedir a los estudiantes de cuartos medios; celebración a la que asistieron los padres y apoderados de los alumnos. La misa fue presidida por el padre Darío Navarro, director de la Presencia Salesiana en Talca, cuya intención fue agradecer a Dios por las maravillas que ha obrado en los jóvenes que egresarán del CEST.
Los alumnos de la promoción 2023 son los jóvenes de los 135 años de la presencia salesiana, su paso quedará marcado por la historia. La eucaristía fue un momento familiar, en donde en comunidad se pidió por las intenciones de los estudiantes.
El padre Darío en la homilía indicó que es muy significativo estar acompañados por los padres, porque es un signo de que somos familia. “Es significativo porque implica mirar hacia atrás, mirar la historia, mirar la vida, mirar quiénes nos ha acompañado, y ojalá nunca pierdan la oportunidad de estar mirando la propia vida, lo que uno va viviendo, porque ahí aparecen personas; aparecen circunstancias, acontecimientos, personas que nos han ayudado a formarnos”, señaló el sacerdote.
El Padre Director les dejó una pregunta a los jóvenes: ¿ustedes sienten que Dios ha hecho cosas buenas en ustedes, en este tiempo de su vida? Agregando que siempre cuando miramos hacia atrás, debemos mirar la bondad de Dios, porque mirar hacia atrás es proyectar el futuro.
En esta eucaristía se ofreció la tierra que los jóvenes van a conquistar en esta nueva etapa; la luz que iluminará su camino y el agua para limpiar los nuevos rumbos. Todos estos signos fueron presentados junto al pan y el vino, que luego se convertirían en el cuerpo y sangre de Jesús.
En el momento de acción de gracias se premió el trabajo, el esfuerzo y el espíritu salesiano de los estudiantes que se destacaron en ACLE, mejor compañero y pastoral.
El CEST despidió a los alumnos de cuarto medio, instándolos a iniciar un nuevo camino sin olvidar lo vivido, proyectando el futuro hacia un gran horizonte. La comunidad educativa encomendó la vida de los jóvenes a Dios y a la Madre Auxiliadora. (Para ver la galería de fotos, pinchar en la imagen que sigue).